ASTESSANO - Historia ecológica y social de la humanidad
HISTORIA ECOLÓGICA Y SOCIAL DE LA HUMANIDAD (introducción)
[…] Esa historia de la especie es una necesidad urgente de la
praxis moderna, porque mucho de lo que hoy aparentemente irrumpe por sorpresa
ya existió hace milenios. Con esa necesidad científica nos hemos lanzado a una
apasionada reconstrucción de una conciencia histórica universal puesta al
servicio de las incógnitas del presente, comprendiendo millares de pueblos o
generaciones olvidadas. En esa dirección daremos algunos pasos hacia una
filosofía de la historia, aceptable para todos los integrantes del pensamiento
de la especie humana, cualquiera sea su raza, su religión, su ideología o su
regionalismo nacional.
Hasta ahora esa conciencia ha sido racionalizada por la predominante
cultura occidental, que creó su prejuiciada visión del pasado del hombre,
proyectando sobre el conjunto de la humanidad el espíritu de sus dos siglos de
revolución burguesa, elaborado en el reducido espacio de Europa y su zona de
expansión: los Estados Unidos, ofreciendo como propias una serie de categorías
que aparecieron ya en los diversos modos de vida antiguos.
Los historiadores de otros continentes han venido perfilando
visiones nuevas de un internacionalismo histórico que debe ser tendido en
cuenta, por su revisión de la teoría económica y el aporte ecológico, sin dejar
de reconocer que existe una propiedad intangible de todo pueblo sobre su propio
pasado, y un derecho general a opinar sobre la historia común de la especie.
Ese universalismo occidental nos tiene acostumbrados a pensar
en siglos, medida lógica para una cultura quinquenal (el medio milenio de Colón
a nuestros días). Pero si abrimos la puerta del pensamiento a la monstruosa
corriente del tiempo que nos ha precedido, se nos exige, por lo menos, pensar
en milenios, que es la medida de las grandes culturas antiguas como Egipto,
China o Sumeria, a fin de preparar nuestra mente para equilibrar de nuevo los
valores de todo el pasado.
Pensar en grande es a la vez ubicarse en el planeta, aunque
fraccionemos luego el universalismo terrestre en historias continentales,
dentro de las cuales aparecen, en un segundo plano, las historias nacionales en
las que todos estamos naturalmente imbricados. Pensar en grande nos exige
soslayar todo lo accidental y pasajero, esforzándonos por alcanzar las
categorías generales, que una vez aparecidas se incorporan como tradición al
cuerpo creciente de la especie, corporizado en sucesivas culturas. […]
Comentarios
Publicar un comentario