JOSÉ HERNÁNDEZ - salvajes unitarios


Los salvajes unitarios están de fiesta. Celebran en estos momentos la muerte de uno de los caudillos más prestigiosos, más generosos y valientes que ha tenido la República Argentina. El partido Federal tiene un nuevo mártir. El partido Unitario tiene un crimen más que escribir en la página de sus horrendos crímenes. El general Peñaloza ha sido degollado. El hombre ennoblecido por su inagotable patriotismo, fuerte por la santidad de su causa, el Viriato Argentino, ante cuyo prestigio se estrellaban las huestes conquistadoras, acaba de ser cosido a puñaladas en su propio lecho, degollado y su cabeza ha sido conducida como prueba del buen desempeño del asesino, al bárbaro Sarmiento.
El partido que invoca la ilustración, la decencia, el progreso, acaba con sus enemigos cosiéndolos a puñaladas.
La sangre de Peñaloza clama venganza, y la venganza será cumplida sangrienta, como el hecho que la provoca, reparadora como lo exige la moral, la justicia y la humanidad ultrajada con ese cruento asesinato.
Detener el brazo de los pueblos que ha de levantarse airado mañana para castigar a los degolladores de Peñaloza, no es la misión de ninguno que sienta correr en sus venas sangre de argentinos.
No lo hará el general Urquiza. Puede esquivar si quiere a la lucha, su responsabilidad personal…
El partido unitario es insaciable, y el general Urquiza tiene también que pagar su tributo de sangre a la ferocidad unitaria.
Lea Urquiza la historia sangrienta de nuestros últimos días; recuerde a sus amigos Benavidez, Virasoro, Peñaloza, sacrificados bárbaramente por el puñal unitario; recuerde los asesinos del Progreso que desde 1852 lo vienen acechando.
No se haga ilusiones el general Urquiza con las amorosas palabras del General Mitre; Represéntese el cadáver del general Peñaloza degollado, revolcado en su propia sangre, en medio de su familia después de haber encanecido en servicio de la patria, después de haber perdonado la vida de sus enemigos más encarnizados.

José Hernández - Vida del Chacho



Comentarios

Entradas populares de este blog

Sarmiento hablando de criollos y extranjeros

CASTIÑEIRA DE DIOS - Volveré y seré millones

J. M. SAROBE - Córdoba y Urquiza